¿Cómo he utilizado este objeto?
¿Por qué me gusta?
Mi primera reflexión es sobre un poof rojo que hay en mi casa. La verdad no recuerdo exactamente cuándo fue que adquirí este objeto pero si me acuerdo que me emocioné mucho cuando llegué a mi casa de la escuela y lo vi por primera vez. No me encantó al principio porque era rojo y a mí no me gusta el rojo, y de hecho reclamé por el color del poof, pero a medida que fui acostumbrándome a él, me terminó gustando y ahora hasta lo quiero.
Ese poof es muy importante para mí porque se ha amoldado a muchas de mis necesidades. Lo he utilizado para leer, para jugar nintendo, para poner los pies cuando veo la tele, e incluso mis gatos han hecho buen uso de él. Es muy práctico ya que como no es un sillón per se, se puede mover a todos lados, de un piso a otro y subir y bajar si así es necesario.
Me gusta porque es flexible, el moldeable y adaptable a toda situación, la verdad ya está un poco viejo y ya no tiene tantas bolitas como antes pero sigue siendo ideal para la situación que uno necesite. Otra razón por la que me gusta mucho es porque yo tengo un problema en la espalda y la verdad las sillas y sillones convencionales no se adaptan muy bien a mi espalda y después de un rato estoy incómoda y adolorida pero justo este poof por ser todo aguado se puede poner como uno necesite y si me siento ahí, no me duele la espalda.
Debo confesar que un tiempo lo dejé muy abandonado porque pasaba todo el tiempo en mi cuarto y en mi cama, pero últimamente le he recuperado el cariño y he pasado mucho tiempo con él. Lo quiero porque me da soporte y la verdad es que es muy cómodo. Y no me había dado cuenta de lo importante que es para mí una cosa tan simple como un poof.